“Heredando nuestra fe”
Deuteronomio 6: 6-7
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
Siempre recuerdo de manera muy especial cuando mi madre decidió entregar su vida a Jesús, una de las primeras cosas que hizo fue llevarme con ella a la iglesia, se aseguró de que yo tuviera una Biblia y aunque en ese momento ella no sabía mucho, cada mañana sintonizaba una emisora evangélica y antes de irme a la escuela ya había escuchado una buena dosis de la Palabra de Dios, cada noche teníamos nuestro altar familiar; por otro lado no había una buena razón para faltar a la iglesia, no la detenía la lluvia, ni el sol, ni la falta de dinero… en fin eso marcó mi vida.
Hoy comprendo la gran responsabilidad que tengo respecto a mis hijos y sé que debo cumplir la Palabra y seguir el ejemplo de mi madre; debo asegurarme de que mis hijos hereden mi fe en el Señor.
Es muy fácil pasar esa responsabilidad a otros y pretender enviar a nuestros hijos a la iglesia pero no ir con ellos; matricularlos en una escuela cristiana y olvidarme de leer la Biblia en casa. Los primeros que debemos enseñar la Biblia somos los padres, los demás son un apoyo. Nuestros hijos necesitan en nosotros, padres, un ejemplo a seguir.
Si no lo ha hecho, ¡Le animo a comenzar hoy!